sábado, 4 de abril de 2015

Empezar a danzar en la adultez ¿se puede?



Empezar  a danzar en la adultez ¿se puede?

La respuesta es: sí.  Aunque danza es casi un sinónimo de niñez y juventud, eso no significa que quienes empiezan a una edad adulta no puedan alcanzar un nivel técnico-artístico respetable.
Acá, 4 razones por las que sí se puede:

      1. Tienen talento
Independientemente de la edad que se tenga, el talento es inherente a cada persona. Lo que sucede es que no todas tienen la oportunidad de desarrollarlo en el tiempo usual. 

     2. Aún están a tiempo
Aunque la agilidad y flexibilidad se aprovechan mejor en la niñez y parte de la adolescencia, una persona adulta puede trabajar estos dos componentes. A lo mejor no levantará la pierna y tocará su cabeza con esta, pero puede lograr una altura considerablemente limpia de manera técnica.
Eso además, significa que una vez aprendidas las bases de la danza y en especial las del ballet, pueden trabajar en zapatillas de punta.


      3. Son estudiantes responsables
Por lo general, cuando inician su entrenamiento a una edad adulta, su objetivo principal no es convertirse en primeros bailarines/as y son conscientes de las posibilidades de que eso suceda son casi nulas sin embargo, siempre buscan mejorar sea cual sea el rol que les toque desempeñar.
A diferencia de algunas personas más jóvenes, está en clase porque quiere y no porque se les obliga. 

       4. Inspiran
¿Soportarías escuchar una y otra vez que lo que quieres no es para ti?, ¿qué estás haciendo el ridículo? Quizá no, pero adultos y adultas que  recién inician danza se llenan de valor y siguen su pasión. Poseen una determinación con la que se enfrentan a este tipo de comentarios (incluso de parte de muchas escuelas) y les demuestran que pueden esforzarse y mejorar.

Trabajar con personas adultas no es una pérdida de tiempo. Adultos y adultas merecen el mismo respeto y atención en clase que un niño o niña de 11 años de edad. Los resultados pueden ser sorprendentes.



Kristina Ilosvay empezó a bailar a sus 42 años de edad en el Estudio Danza Humanum Tempore de El Salvador. Ha practicado Jazz, Ballet y Danza Contemporánea. Su agilidad y estilo son envidiables.



Escrito por: Kelly Posada

Inspired by: www.balletforadults.com


jueves, 12 de febrero de 2015

…y al final, ¿qué es la Danza Jazz?

Cada vez que decimos “Jazz” lo primero que se nos viene a la mente son esos tipos de lentes oscuros, vestidos de negro y chasqueando los dedos. Esto, no está tan lejos de la realidad si a música nos referimos, pero cuando le agregamos la palabra “danza”, el concepto es totalmente distinto.

La Danza Jazz es un estilo, no una técnica

Aunque la Danza Jazz tiene su propia terminología, su base técnica son el Ballet y el Contemporáneo. ¿Cómo así? simple, los pasos parecieran ser los mismos, pero la manera de ejecutarlos es distinta, como cuando dos personas escriben los mismo, pero con diferente letra.
La Danza Jazz se distingue por esa dosis de espectáculo que agrega en sus movimientos  y la libertad que permite para realizarlos. Por eso es un estilo, una forma de ser distinta y no una técnica en sí misma.

Se caracteriza por colocar los pies en paralelo (a diferencia del ballet que son girados hacia afuera), la movilidad del torso, trabajo rápido de piernas, aislaciones del cuerpo, utiliza música contemporánea y utilización de la síncopa (acento rítmico de la música

De la esclavitud a Broadway

Este estilo de baile surgió dentro de la raza negra  del siglo XIX en medio de la esclavitud que sufrían en esa época. El baile era su único medio de libertad entre tanta opresión. Las personas crearon movimientos y ritmos que con el tiempo fueron adoptados por la gente de raza blanca.
El charleston, por ejemplo, es una mezcla pulida de los movimientos africanos y americanos, llevada a los grandes escenarios de Nueva York.

¿Por qué se llama Danza Jazz?

Por lo general, la Danza Jazz utiliza la música que está de moda en el momento y la época en que surgió, lo que se bailaba era música Jazz, así que de ahí adoptó el nombre.

Sus estilos

-          Jazz lírico
-          Street Jazz
-          Teatral
-          Jazz Dance
-          Contempo Jazz

Este estilo de danza, la música suele ser alegre y de tus artistas favoritos. Por otro lado, permite trabajar de una manera más enérgica, menos rígida que la danza académica,  trabajas la improvisación y le agregas un toque personal.

Escrito por: Kelly Posada

jueves, 5 de febrero de 2015

El maquillaje de escenario

¿Ya han escuchado la frase “de lejos no se nota”? bueno, aplica cuando se trata de un agujerito en el vestuario, una grano en la cara o sobre todo, un  maquillaje mal realizado.

Sí, aunque creamos que nos vemos di-vi-nas, si no es “exagerado” y no resalta ciertos rasgos del rostro, en escena no se va a notar nuestra cara ni expresiones.

Maquillarse para ir al centro comercial con las amigas, no es lo mismo que maquillarse para el escenario. Acá, eso de "menos es más", no aplica.

Tus rasgos faciales deben ser notados desde la primera butaca hasta la última. Si te maquillas como lo haces para ir a una cena, probablemente, la persona que esté de último no pueda apreciar tus expresiones debido a la distancia. Es por ello, que el maquillaje para el escenario tiene que ser más exagerado, para que se destaque tu rostro.

Las luces escénicas tienden a “borrar” tu rostro y eso, sumando a distancia, recude la calidad de tu presentación.

Ya que el maquillaje es un elemento clave para dar un aspecto profesional y elegante, a continuación algunos  consejos.

  • ·         El delineado de los ojos:

Por arriba, debes hacer una línea sobre tus pestañas. El grosor dependerá de tamaño del escenario y de tu personaje. La línea se alarga hasta llegar a la altura de tu ceja.
Por abajo, debes hacerlo fuera de tu ojo, es decir, no vas a seguir la línea de tus pestañas como lo hiciste arriba, sino que te vas a ir unos milímetros más abajo. Esto agrandará tus ojos.

  • ·         Las sombras:

No siempre van a combinar con tu vestuario. Recuerda que algunos colores desaparecen con la luz y habrás invertido y malgastado tu tiempo en ponerte esa sombra rosa pastel tan linda. Lo importante es lograr que tu mirada hable.
Por lo general, se utilizan dos colores, el más claro para la mitad de dentro del ojo y la otra para el resto.
  • ·         Pestañas postizas:

Al principio, es una tragedia intentar ponerlas, pero con practica y quitándose un poco el miedo, se logra. Existen de diferentes tamaños y espesor, debes escoger la que mejor vaya con la amplitud del lugar en el que te vas a presentar y tu personaje.
  • ·         Los labios

Al igual que tus ojos, son un rasgo que debe notarse para eso, puedes delinearlos del mismo color del labial que vas a utilizar o incluso, con un tono más oscuro. Casi siempre, se utiliza el color rojo, pero eso dependerá de las indicaciones de tu profesora/or.


  • ·         Pómulos:

El rubor (blush) debes aplicarlo justo sobre el huesito haciendo una línea diagonal en dirección a tu oreja. Esto ayudará a perfilar tu rostro.


Escrito por: Kelly Posada






jueves, 29 de enero de 2015

Las presiones en la danza


La danza en sus diferentes manifestaciones (ballet, contemporáneo, jazz, etc.) es una disciplina con un alto nivel de exigencia en todo sentido. Una bailarina o un bailarín debe esforzarse por mejorar constantemente su técnica,  mantener su cuerpo esbelto,  manejar estudios escolares y ensayos, etc.

En este sentido, es fácil que la autoestima tambalee en un mundo lleno de tantas presiones y donde el 100% de belleza y habilidad es lo mínimo que se exige. Un nivel de exigencia extralimitado puede hacernos sentir que no somos lo suficientemente buenas/os o que no tenemos talento y practicar danza ya se vuelve una tortura, pues amas la danza, pero dejas de disfrutarla.

Habrá a quienes esto no les afecta en lo absoluto. Se centran en su propio trabajo y logran dejar de lado esta situación competitiva. Sin embargo, habemos otras a las que solo pensar que otra tiene algo que a mi me gustaría tener, nos agobia la existencia. Quizá porque esa persona tiene mayor probabilidad de obtener el papel que yo quiero, es seguro que la suban de nivel en la escuela de danza u obtiene mayor atención positiva de parte  maestras/os




A continuación, situaciones comunes y consejos que pueden ayudarte a comprender y lidiar con las presiones del mundo de la danza:

1    1. Cuestión de tiempo

     Las personas nacemos y desarrollamos un ritmo de aprendizaje, el de algunas es rápido y el de otras no tanto (me incluyo en el último), pero eso no significa que eres más ni menos.
     
     A lo mejor alguien más  se aprendió las cuatro coreografías de la obra y tú aún vas por la mitad de la primera!, pero al final el resultado será el mismo: aprender. Cuando te vean en el escenario, no llevaras un cartel diciendo “me tardé dos semanas en memorizar los pasos y la de mi lado un día”.
    
    Igual sucede con la flexibilidad, es algo que puede ser natural o no en ti. Lo que importa es si te esfuerzas por mejorarla. Quizá a tu compañera le sube más la pierna, pero tú podrás llegar a esa misma altura si sigues trabajando. Te tocará  trabajar el doble, sí, pero vale la pena porque la danza es lo que amas.

2    2.  Tu profesora/or tiene que criticarte

A veces, no sentimos tan frustradas/os que pareciera que nuestra/o porfesora/or está en nuestra contra!, que no nos entiende sin embargo, es necesario despejar nuestra mente, escuchar y no ponernos a la defensiva.

Tu profesora/or debe señalarte las faltas y decirte las correcciones porque es su trabajo! Quítale es tono de voz molesto con el que te corrige y aprovecha la guía y sabiduría que te está brindando para que mejores.

Piensa que lo verdaderamente feo es llegar a clase y no recibir ninguna corrección, pues hace que te estanques y no mejores.

3    3.     Las/los compañeras/os desagradables

Las divas y divos en un grupo incomodan. Nada peor que sentir esa mirada de desaprobación por esa persona con mayor nivel técnico y/o con roles principales. Que noten tu existencia y te dirijan la palabra solo si necesitan algo (que les abroches el vestuario, un gancho, tirro para sus dedos, etc.)

Aunque es molesto, debemos aceptar que también son seres humanos (aunque no siempre lo parezcan). Lo mejor en estos casos es actuar de manera asertiva y no prestarle mayor atención de la necesaria es decir, hablar mal de esa persona no hará que cambie su actitud como tampoco lo hará negarte a brindarle ayuda cuando te lo pide.

Si sientes que ya se pasó del límite y te está intimidando con comentarios irrespetuosos,  esas miradas son constantes o alguna otra cosa que dañe tu integridad física o emocional, debes hablar con tu profesora/or encargada/o acerca de lo que está sucediendo. Si en tu escuela no se toman cartas en el asunto, lo mejor es cambiar de institución.


Las comparaciones suelen ser inevitables. Siempre hay una chica más delgada que yo, otra a la que le sube más la pierna, aprende más rápido las combinaciones, salta más alto, su pie es más arqueado, tiene un lindo estilo para bailar y…la lista se vuelve interminable.

Aunque es algo “normal” sentirse en competencia si no aprendemos a controlarnos y a transformar esos pensamientos, nuestra autoestima puede verse afectada y desembocar en serios problemas de ansiedad, trastornos de la alimentación, entre otros y hacer que nuestra danza acabe.

No permitas que ninguna de las situaciones anteriores acabe con tus sueños. Ser bailarina o bailarín no es fácil, si estás ahí es porque tienes algo especial, eres fuerte y única/o. Si fuese fácil, cualquiera lo haría.



Escrito por: Kelly Posada